Esta sección del Credo de los Apóstoles afirma la divinidad, humanidad y señorío de Jesucristo, el Hijo único de Dios. Confiesa que fue concebido sobrenaturalmente por el Espíritu Santo y nació de la Virgen María, asumiendo plenamente la naturaleza humana sin dejar de ser Dios. Reconocer a Jesús como Señor implica rendirle toda nuestra vida en obediencia, fe y devoción.
Escucha esta lección:
El Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre,
Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.
Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable.
Amén.
“Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor”
Jesús es la segunda persona de la Trinidad, el Verbo Eterno (Juan 1:1).
Él es igual en esencia, valor y eternidad al Padre y al Espíritu Santo.
Juan 1:14: El Verbo se hizo carne — Dios tomó forma humana.
Jesús es el único mediador entre Dios y el hombre (1 Timoteo 2:5–6).
Su nombre “Jesús” significa “Dios salva” (Yeshua = Yahweh + Shua).
Es Cristo porque fue ungido por Dios como Rey, Sacerdote y Profeta (Hechos 10:38).
Él es Señor porque reina con autoridad sobre la creación y la Iglesia (1 Timoteo 6:15).
Señorío de Cristo
Su Señorío implica que debe tener autoridad total sobre nuestras vidas.
No basta con llamarlo “Salvador”; debe ser también nuestro Señor (Romanos 10:9).
A Cristo le importa cada aspecto de nuestra vida en santidad, devoción y verdad.
Debemos someternos a Él: “que se haga tu voluntad, no la mía”
“Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen”
Cristo no tuvo padre humano; fue concebido sobrenaturalmente por el Espíritu Santo (Lucas 1:35).
Asumió naturaleza humana por medio de María, y divina por medio del Espíritu Santo.
María es reconocida como Theotokos (Portadora de Dios), madre de la segunda persona de la Trinidad.
Gálatas 4:4: Jesús nació de mujer, en la plenitud del tiempo.
La carne de Cristo fue formada de la carne de María — ella participó en la encarnación.
María es digna de honra por su obediencia y sumisión a la voluntad de Dios (Lucas 1:28, 1:48).