El bautismo es el sacramento de la fe que representa externamente la gracia interna de salvación.
Cristo lo instituyó como medio para unirnos a Él, marcando el inicio de una vida transformada por arrepentimiento y fe.
Por medio del agua y el Espíritu, el creyente es incluido en la familia de Dios y fortalecido por Su gracia.
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Sacramentos: Medios de Gracia
Los sacramentos son medios visibles y definidos por los cuales recibimos gracia.
La palabra sacramento significa “misterio sagrado”: una seña externa y física de una gracia interna y espiritual.
Dios los provee como aseguranza tangible de que caminamos en gracia.
Aunque Dios puede actuar fuera de ellos, usa estos medios principales como canales regulares de gracia.
Los Sacramentos Principales y Secundarios
Dos sacramentos principales:
Bautismo en agua
Santa Comunión (Eucaristía)
Ambos fueron ordenados directamente por Cristo.
Cinco sacramentos secundarios:
Confirmación (Bautismo en el Espíritu Santo)
Ordenación (Ministerio pastoral)
Matrimonio (Efesios 5 – gran misterio)
Absolución (Confesión y reconciliación)
Unción de los enfermos
Estos sacramentos reflejan la obra continua de la gracia en la Iglesia.
El Bautismo: Su Significado
Es la sumersión del creyente en agua como seña externa de una realidad interna.
El término griego baptizo (βαπτίζω) significa sumergir completamente, no “salpicar”.
Cristo mismo fue sumergido en el Jordán (Mateo 3).
El bautismo expresa nuestra participación en la muerte y resurrección de Cristo.
Bautismo y Salvación
El agua simboliza la gracia interna y espiritual que nos une a Cristo.
1 Pedro 3:20–21: El bautismo nos salva, no por limpieza externa, sino como “una buena conciencia hacia Dios”.
Se requieren dos cosas:
1️⃣ Arrepentimiento genuino — alejamiento del pecado.
2️⃣ Fe en Dios — confianza en las promesas del bautismo.El bautismo es la confesión pública de una transformación interna.
El Bautismo en Hechos 2
Pedro predica el Evangelio y llama a la gente a arrepentirse y bautizarse (Hechos 2:37–38).
El Evangelio conmueve el corazón, mostrando juicio y misericordia.
La fe verdadera responde con acción: arrepentimiento y bautismo.
El bautismo es el sacramento de la fe, una obra visible de gracia interna.
El Bautismo de Infantes
A favor:
Se practica desde la Iglesia Antigua y tiene base en Hechos 16 (el carcelero y su casa).
En el Antiguo Testamento, los infantes entraban en el pacto mediante la circuncisión.
Los padres dedicaban a sus hijos al Señor.
En contra:
Los infantes no comprenden el Evangelio ni pueden confesar fe.
Muchas iglesias practican en su lugar la dedicación de niños, basada también en la circuncisión.
Conclusión
El bautismo nos incluye en la familia de Dios y otorga gracia salvadora.
Es una obra de Dios, no del hombre: Él se encarga de lo imposible, nosotros obedecemos lo sencillo.
Debemos responder al llamado y ser bautizados como señal de fe y obediencia.